La Maison Laurent Perrier y su champagne más exclusivo, Le Grand Siècle nos desvela en exclusiva porqué ésta burbujeante bebida atrapa hasta a los más escépticos bebedores.

Es posible que la historia de glamour y encanto que la rodea hace que nunca falte en las mesas de reyes, pintores, artistas y gente relacionada con la farándula.

No te olvides: si ves a alguien parapetado detrás de su estilizada botella, ten la certeza de  que te encuentras ante un consumado gourmet, pues uno de los muchos placeres a los que te conduce gastronómicamente hablando, es que armoniza con cualquier producto o comida, por compleja que sea ésta.

Laurent Perrier fue fundada en 1812 por André Michel Pierlot, tomando el nombre de Veuve Laurent-Perrier porque Matilde Emilia Perrier -viuda de Eugenio Laurent– decidió unir los dos nombres de la familia, convirtiéndose en una de las bodegas más prestigiosas de la región de Champagne a nivel mundial.

De todas sus cuvées, la más prestigiosas es Le Grand Siècle.

Este vino blanco elaborado bajo las dos fermentaciones es el resultado del ensamblaje de tres añadas excepcionales, seleccionadas por los responsables de la vinificación. En su mayoría, es la uva Chardonnay la que predomina en la elaboración, complementándose con un porcentaje pequeño de Pinot Noir, la uvas de ambas variedades provienen de 11 de Grands Crus de los 17 señalados por la D.O. Champagne.

Una vez realizado el ensamblaje, las botellas apiladas en las cuevas de la bodega dormirán el sueño de los justos durante 10 años, y partir de ahí irán paulatinamente viendo la luz, conforme llegue los pedidos.

Por ello, ahora que llegan las fechas navideñas es cuando hay que desempolvar los conceptos que rodean esta bebida, y ponerlos en orden para disfrutarla en toda su dimensión.

El mandamiento número uno lo propuso Óscar Wilde cuando decía “ cuando descorchemos una botella de champagne, el ruido nos tiene que recordar a un leve susurro de mujer, nunca a una varga de alabarderos.” Se debe de inclinar unos 45º grados la botella, y sin quitar el alambre, ir girando el tapón hasta que salga.

Mandamiento número dos ¿la copa?. ¿Copa “Gatsby” o de Flauta de toda la vida”? Dejamos claro que la famosa copa Pompadour queda aparcada en el ostracismo del glamour.

Soy partidario de la Copa Gatsby pues los aromas y los matices se expresan mucho mejor en ella. La burbuja tiene un mayor recorrido y el perlaje consigue una mayor vistosidad.

Mandamiento número tres: la temperatura perfecta. Reconozco que me gusta frío, muy frío, pero a esas temperaturas, pierdo matices y aromas, por lo que lo recomendable es tomarlo entre 8º y 10º. Para enfriar queda terminantemente prohibido dejarla en la nevera, con algo más de 30 minutos en una cubitera con hielo es suficiente. Si alcanza entre 10º y 12º usted podrá descubrir aromas más complejos; cítricos, frutas confitadas, pan de especies y miel.

Mandamiento número cuatro. Por favor, para servir nunca coja la botella por el cuello y escancie el Champagne. Con una servilleta de tela, coja la botella por la parte inferior y vaya poco a poco llenando la copa, y por supuesto, nunca la llene  hasta el borde. Cumpla con algo más de la mitad, así no perderá la temperatura. Para darle un toque más festivo este fin de año, Grand Siècle se viste de largo con su Metal Jacket Soleil, irradiando la luz de la Navidad.

Mandamiento número cinco. ¿Cómo se conserva la botella hasta el momento de su consumo?.

Primero en posición horizontal y en oscuridad. Si puede en una habitáculo que no supere los 10º. Yo les recomiendo que nunca almacene. Compre, enfríe y disfrute. Si no, ya verá como pueden ser sus hijos o sus cuñados los que le den muerte, y se lo digo desde el conocimiento, pues a mi me ha pasado.

Y por fin el sexto mandamiento. ¿Con qué podemos acompañar una botella de Grand Siècle de Laurent Perrier?. Con todo, no hay un solo producto o materia prima que no lo abrace y quiera pasear con él por su paladar.

Que nunca le persiga la duda, el champagne va bien con todo.

Siempre me gusta recordar frases relacionadas con este vino, y hoy rescatamos una frase de Coco Chanel, “yo solo bebo champagne en dos ocasiones. Cuando estoy enamorada, y cuando no lo estoy”.

Yo siempre añado una mía, “nunca hay suficiente”.

PEDRO MOCHOLÍ, GASTRÓNOMO DE LAMARQUESA MAGAZINE.

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